Hola a tod@s. ¿Cómo están
vuestras lecturas? Las nuestras, este mes, bastante más flojas de lo que
acostumbramos, pero ojo, que leer hemos seguido leyendo.
Y ese es el motivo de esta
entrada; para deciros qué opinamos de la última novela que hemos terminado, A la orilla del mar, de Ana F. Mallory,
una lectura que nos ha gustado mucho.
Una mirada fue suficiente para despertar el interés de ambos.
Unas horas a solas bastaron para que sus cuerpos ardieran de deseo.
Unos días juntos fue cuanto necesitaron para que sus sentimientos afloraran...
¿Había sido amor a primera vista o un simple rollo de verano?
Es una historia actual no
demasiado larga que sucede sin demasiadas complicaciones y narrada de forma
sencilla, muy al estilo de la autora.
La sinopsis, como comprobaréis,
no da muchos datos, pero como hemos dicho, al no resultar demasiado extensa,
hacerlo supondría spoilear de lo
lindo. Nosotras trataremos de deciros lo máximo sin llegar a explicaros nada
fundamental.
A la orilla del mar narra la historia de Silvia y Alejandro; una
que viene adornada por un precioso lazo que es la tierra asturiana.
Un viaje de Silvia con sus amigos
Marina y Pelayo Inclán a Asturias supondrá conocer a Alejandro. Tal cuál un
flechazo, ambos se sientes atraídos el uno por el otro desde un inicio. Tampoco
tendrán muchos días para estar juntos, pero serán significativos y hará que
ninguno de los dos pueda olvidar al otro.
Una separación posterior y malas
intenciones configurarán el resto de una historia que se lee con total fluidez.
Y es que la novela no contiene más adornos que el crecimiento de ese amor, pero
tampoco los necesita.
Los momentos entre Jandro y
Silvia fluyen. Están dotadas de esa magia que tanto nos gusta a las lectoras de
romántica. Momentos cargados de tensión sexual y algo más explicados con mucho
acierto y que han hecho que en algún momento que otro se nos agarrotara el
estómago.
En cuando a los demás personajes,
por si os lo preguntáis, no son meros secundarios, pero no los nombraremos para
no dar pistas. Destacaremos, eso sí, a Pelayo, que no solo es el típico
gracioso, aunque lo parezca. Es el amigo que todas quisiéramos tener a nuestro
lado. Nos ha gustado mucho la forma en la que Ana lo ha mostrado y ha
conseguido que acaparase cada escena en la que salía.
Decir más de la novela es
arriesgado y lo dejaremos aquí, esperando que se os haya despertado la
curiosidad por esta historia afincada en España y que viene de la mano de una
autora estupenda que siempre nos hace pasar muy buenos momentos de lectura.
Si os apetece descubrir más sobre Ana F. Malory, la
podéis encontrar aquí