Hoy os presentaremos la opinión que nos merecen dos novelas que nos hemos leído. La primera, "Provócame con tu Sonrisa" de Andrea Ferrara, una novela que nos leímos hace meses y cuya reseña teníamos hecha; solo faltaba subirla. Después, "Perdición tejana" de Lorraine Cocó, que viene cedida por Dulce, la administradora del blog El club de las escritoras. Esperamos que os entre curiosidad por ellas y os animéis a leerlas.
Esta vez empezaremos la casa por el tejado. ¿Que a qué nos referimos?
Cuando terminamos la novela ambas coincidimos en que nos había dejado muy buen sabor de boca y una sonrisa en los labios (algo muy aporpiado, dado el título de la novela). No solo se podría decir que la protagonista ha provocado a su partenaire con su sonrisa, sino que el escritor lo ha conseguido también con estas humildes lectoras.
Vayamos por partes.
La historia parte del viaje que hace Javier a Edimburgo por motivos de su tesis y estimulado por su profesor.
Javier se presenta como un chico normal que prepara su tesis a la par que trabaja en un pub de la zona.
Por el otro lado encontramos a Eileen, una mujer oriunda de la capital y algo patosa (al menos con Javier).
Ya de entrada, en cuanto conoce a Javier, podemos percibir en ella una inseguridad, producto de una relación pasada que la dejó con mal sabor de boca (por decirlo de alguna manera).
La atracción entre los dos es inmediata, pero ambos intentan, en su fuero interno, negarla como si fuera imposible sentirla.
Entre los malos entendidos, la aparición de Rowan (ex) y sus propios miedos, les será difícil darse cuenta que están hechos el uno para el otro. Gracias a los buenos consejos de la hermana de Javier, los ánimos de los colegas del pub y la inestimable presencia y fuerza de las amigas de Eileen conseguiran vencer todos los obstáculos.
A destacar... la dulzura y ternura con el que está caracterizado Javier y la arrolladora personalidad de las amigas (sobre todo Fiona y Moira). También la forma simple y directa que tiene de narrar.
Nos ha gustado especialmente la escena en que Eileen deja, por fin, las cosas claras a Rowan (¡Bien por ella!).
Así que, una estupenda lectura que se lee rápido y enternece el corazón (!Pon un Javier en tu vida!).
Os la recomendamos.
Empezamos a leer novelas románticas en nuestra adolescencia. Entonces, nuestro presupuesto era más ajustado y llenábamos nuestras estanterías con aquellos libros de corte contemporáneo de no más de ciento sesenta páginas.
¿Sabéis a lo que nos referimos?
El color blanco de las tapas indicaba que sus protagonistas masculinos eran magnates griegos, jeques, directores de complejos hoteleros… En fin, todos ellos plagados de una gran soberbia y prepotencia. Suerte que al final mostraban su corazoncito y se redimían.
Luego venían las tapas de colores donde daba cabida todo tipo de historias, pero de las que queremos hablar son de las de las rojas. Una de nosotras era muy fan de ellas. ¿Se llamaban Pasión? Su relato nos transportaba a un mundo de sexys vaqueros, bomberos o policías y mujeres en apuros pero con un carácter fuerte.
Vamos por partes:Natalie lleva el rancho en Texas que heredó de su padre, de cuya relación no guarda un buen recuerdo. Por lo tanto, la carencia de afecto la hace buscar a alguien que la ame profundamente y sin condiciones; con el que pueda confiar y que no la traicione. En la actualidad, utiliza sus estudios de psicología en simbiosis con la propiedad y a pesar dela poca financiación se las apaña para trabajar en algo que le gusta: ayudar a niños con problemas.La experiencia de vida de Tucker le ha enseñado que el amor de pareja no es para él. Su familia es una prueba de ello. No obstante, no es un hombre frío y demuestra, sobre todo, un gran cariño y ternura por su sobrino. Ya desde un primer encuentro ambos sienten un antagonismo a la par que una atracción física, de la que Natalie quiere huir. Tucker no es el hombre que anda buscando y que pueda hacerla feliz. La mutua convivencia, dada por el tratamiento del pequeño Tommy, les acercará y descubrirán si bajo ese sol abrasador de Texas, están hechos el uno para el otro.En fin, una historia dulce y entretenida; como aquellas que leíamos cuando éramos más jóvenes.
Cuidado con… la ortografía y gramática. Hemos leído por ahí que la autora escribió esta novela corta cuando tenía quince años. Nos parece fenomenal que siendo tan joven se atreviera con algo así y con un buen balance general, pero hay vigilar cómo se escribe.